¿Doble estándar? No, así no se dice…suena poco elegante, mejor
digamos que” Es una situación digna de analizar y que las cosas no son como
aparentan, podríamos agregar que puede ser un mal entendido, seguramente una
mala interpretación por falta de información “ ¡puuuf! Me estresa,
puro cantinfleo.
La verdad es que estamos en tiempos donde las
empresas a veces pareciera que ayudan, pero en realidad van donde calienta el
sol, por una parte alardean de la RSE y la importancia que esta tiene, “Que
beneficios hacia sus trabajadores, ayudas sociales, compromiso con el entorno”,
pero sí parece que no hablamos de aquellos que solo les encanta engordar sus
billeteras, pienso que me equivoco y
estoy describiendo algún tipo de pastoral, en fin, son solo cosas que dan
vuelta en mi cabeza.
Ahora bien, en la teoría esto debiera
ser así, deberían existir más empresas que se preocupen de una real RSE, ya que
de acuerdo a la definición que le otorga la Fundación Pro Humana “Esta es una
contribución al desarrollo humano sostenible, a través del compromiso y la
confianza de la empresa hacia sus empleados y las familias de éstos, hacia la
sociedad en general y hacia la comunidad local, en pos de mejorar el capital
social y la calidad de vida de toda la comunidad”.
Pero
encontrando por otro lado, miradas como las de Luis Ernesto Valderrubio, investigador
del Departamento de Administración de la U. de G. México, quien nos dice que “La
actividad filantrópica es una estrategia de negocio, pues les sale más barato
hacer donaciones que pagar impuestos, además de que les da una buena imagen y
penetración ante los consumidores. De
esta manera compiten con el gobierno en términos de poder e imagen” en resumen,
pequeñas ayudas para aparecer en los medios.
Pero debemos reconocer que este tema
es transversal y se da en muchos países, teniendo claros ejemplo como Walt-Mart
, que si bien figuran como empresa líderes en RSE, enfrentan demandas por sus políticas
de hostigamiento y discriminación, interpretándose claramente como un doble
discurso por parte de los empresarios, pues por un lado promueven la
filantropía y por otro lesionan los derechos de sus trabajadores.
En fin, estos son sistemas contra los
cuales no se puede luchar, la legislación permite que las cosas sean así y el
poder es lo que manda hoy, solo queda esperar, esperar y esperar, en algún momento
puede darse un despertar, un cambio de conciencia que pueda curar esta enfermedad
terminal, “El mal del Doble estándar empresarial”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario